jueves, 21 de agosto de 2014

Crecer

Hace un par de días vengo asombrándome con cómo pasa la vida. No sólo en cuanto a la rapidez, sino en lo que resulta. Claro, la rapidez no es poco, hace no mucho yo estaba ahí, leyendo revistas con mi mejor amiga, diciendo como íbamos a ser cuando tengamos 20. Hoy ya pasamos por muy poco los 20, y creo que no esperábamos que todo sea tan así. Hace muy poco (en lo que a mi me consta, es decir, hace unos cuatro años y medio) fui re-descubriendo la vida. Y comencé a darme cuenta que la felicidad era estar muy bien mucho tiempo seguido. No es hasta este ultimo tiempo que realmente me di cuenta de lo feliz que soy. Hoy vivo feliz, descubrí lo que me gusta hacer y si bien no soy la mejor ni nací con un don especial para hacerlo, me gusta lo suficiente como para luchar por mejorar, por preocuparme por crecer.
 Las cosas cambian, más de lo esperado, algunas personas siguen y otras quedan en el camino, muchas veces un pedacito nuestro queda con ellas, pero lo importante de todo esto, es llegar a ese punto donde te das cuenta de que lo que tenés es lo que más queres, y dejas de cuestionarte cuanto durará, o porque pasará, simplemente es y sabés que lo vas a disfrutar cada momento que dure.
En mi opinión estamos demasiado acostumbrados a la vida. Damos por sentado que todos los días tenemos alguien con quien hablar, nos damos por sentados a nosotros mismos. Damos por sentado que la lluvia es lluvia, que el sol es sol. Pero ya no nos asombramos como cuando eramos chicos, ya estamos grandes para mirar una burbuja o una mariposa de cerca, estamos grandes para salir a saltar abajo de la lluvia. Parece, a veces, que estamos grandes para la magia. Y sin embargo la magia sucede, en cada puñado de vida, en cada paso que damos, estamos acá, acá estamos. No hay otro lado más que este ni hay otro futuro más que ahora.
Solo puedo decir esto, porque es lo que me sale ahora, porque estoy absolutamente agradecida de la vida que tengo, de como me educaron mis padres, de como me acompañaron mis hermanos, de como me bancaron mis amigos, de lo bueno que fue conmigo el amor de presentarme a una persona que me hace sumamente feliz. Estoy agradecida conmigo misma por haber sabido usar las herramientas que me regaló la vida, para poder hacerme de a poco lo que soy. Vivo una vida en paz, no le jodo la vida a nadie, nadie me la jode, no guardo rencores ni tristezas, tengo muchos proyectos y sueños por alcanzar. Me siento plena, feliz y pura. Despues de todo ¿que más se puede pedir en la vida que sentirse viva?

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